La dieta en los enfermos de próstata es de vital importancia, y es considerada por los especialistas como un factor complementario del tratamiento que ha de seguir el paciente. De hecho, recientemente los especialistas han encontrado un punto de apoyo para la reiterada recomendación de llevar una alimentación sana. Se trata de un estudio japonés, que ha demostrado que una dieta a base de un elevado contenido de vegetales y baja en grasas, puede llegar a ser la base de prevención del cáncer de próstata.
Basándose en estos resultados los médicos ofrecen una serie de recomendaciones para la alimentación de los enfermos de próstata:
- Liberarse de las grasas. Si consume 2.000 calorías por día, 400 de éstas pueden provenir de grasas. Se calcula que hay nueve calorías en cada gramo de grasa, esto significa que puede comer alrededor de 44 gramos de grasa por día. En definitiva, el deber del enfermo es adecuar la ingesta de grasa, manteniendo el objetivo de que ésta no supere el 20% de las calorías. Para lograrlo: comer menos carnes rojas, alimentos fritos, tomar leche desnatada, condimentar los alimentos con vinagre.
- Atrévase a probar la soja. Se recomienda ingerir al menos 20 gramos de soja por jornada. Además de formar parte del tofu, bajo en grasas, la soja también está presente en los cereales, en las legumbres y en ciertas bebidas energéticas.
- Descubra el sabor del tomate y sus beneficios para la salud. Consuma dos o tres raciones de tomate a la semana. En pizzas, salsas, lasañas con queso no graso. Sin embargo aunque apetitosas es necesario no abusar tampoco de este tipo de comidas.
- Pinte su dieta de color verde. Los vegetales tienen antioxidantes que ayudan a reducir el riesgo de padecer multitud de cánceres, por lo tanto es una idea acertada incorporarlos a la dieta también del enfermo de cáncer de próstata.
- La opción necesaria de las frutas. Ya sean completas o en zumo, también son fuentes de salud que es “urgente” incorporar poco a poco entre los hábitos alimenticios.