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Niña de un año comiendo ella sola con una cuchara |
Entre los cuatro y los seis meses, los bebés están preparados para que se introduzcan los primeros sólidos en su dieta
La farmacéutica Belén Benito ofrece una guía práctica para que sea más fácil el tránsito del pecho o biberón al plato
La introducción de alimentos sólidos en la dieta del bebé puede suponer una preocupación para muchos padres. Aunque la mayoría de los lactantes están preparados para tomar sólidos entre los cuatro y los seis meses de vida, cuando se alcanza la madurez gastrointestinal y renal, debemos observarlos para poder determinar cuál es el momento adecuado para introducir alimentos nuevos, siempre siguiendo las indicaciones de nuestro pediatra.
“Es muy importante que el bebé esté tranquilo y seguro para que madre e hijo puedan disfrutar juntos de esta nueva etapa de la alimentación”, indica Belén Benito, farmacéutica de Laboratorios Suavinex, quien nos aporta una serie de recomendaciones generales para facilitar la adaptación del lactante a la alimentación complementaria ¡Toma nota!
“Para iniciar el periodo de tránsito del pecho o el biberón al plato, y que el bebé se acostumbre de manera paulatina, es recomendable empezar sustituyendo una toma diaria por la ración de alimento sólido correspondiente”, señala la experta. Además, hay que intentar que esté receptivo en el momento de iniciar esta etapa transaccional. Para ello, añade la especialista, “es importante propiciar el mejor momento tanto para los papás como para el bebé; cuando esté descansado, calmado y contento. Así será más fácil y agradable para él esa primera aproximación a una nueva manera de alimentarse”.
En este sentido, es fundamental evitar que se sienta forzado e intentar mantener, durante esta etapa, una alimentación mixta, con leche materna o de continuación, según las indicaciones de cada pediatra. “Lo normal es mantener un aporte mínimo de medio litro de leche diaria, hasta alcanzar los 12 meses de edad. Mientras, iremos incluyendo nuevos alimentos en su dieta de manera paulatina y en pequeñas cantidades, para que le sea más fácil acostumbrarse a las nuevas texturas y sabores. Hay que tener en cuenta que es posible que el cambio de un sabor a otro requiera de repetidas ofertas y es bueno dejar un periodo prudencial de entre ocho y quince días para la incorporación de cada alimento”, apunta Benito. “Al mismo tiempo esto nos ayudará a detectar posibles alergias de una manera rápida”, concluye.
Para el bebé, que tiene que comer siempre erguido y bajo la supervisión de un adulto para evitar atragantamientos, es más fácil iniciar esta etapa con purés de texturas finas que facilitan la digestión. Habrá que ir introduciéndole trocitos para que se vaya acostumbrando a la masticación. “Es más –señala la farmacéutica- a partir del octavo mes se puede comenzar a ofrecerle alimentos que pueda coger con las manos a fin de que vaya descubriendo las texturas. De esta manera, conforme tome confianza será bueno animarle a coger su cuchara ergonómica y biberones con asas para potenciar su autonomía.
También es fundamental mantener siempre una buena higiene bucal, especialmente cuando comienza la etapa de la dentición, limpiándole las encías con un pañito. De esta manera, ayudaremos a mantener los dientes sanos.
Recomendaciones útiles
1.- Comenzar introduciendo una ración diaria de sólidos, si es posible a través de las papillas de cereales o puré
2.- Incorporar nuevos alimentos de manera gradual y en pequeñas cantidades, siempre bajo supervisión pediátrica. Esto permite también detectar posibles reacciones alérgicas
3.- Elegir un momento en el que el bebé esté tranquilo y relajado, para hacer más fácil que asimile las nuevas texturas. Hay que evitar forzarle y hacerle el tránsito fácil
4.- Mantener una alimentación mixta, en la que se combine la lecha materna o de continuación, según la recomendación de los pediatras, que indican que los bebés deben contar con un aporte mínimo diario de medio litro de leche, hasta los 12 meses
5.- Colocar al bebé en una postura erguida a la hora de comer para que pueda tragar bien y evitar que se atragante
6.- Ir dejando paulatinamente trocitos en la papilla para que se acostumbre poco a poco a la masticación
7.- Invitar, a partir de los ocho meses, a probar alimentos que pueda coger con las manos para permitirle descubrir por sí sólo nuevas texturas y sabores
8.- Ofrecer, conforme tome confianza, la posibilidad de coger su cuchara ergonómica y biberones con asas para potenciar su autonomía
9.- Nunca dejar al niño solo mientras come para evitar posibles atragantamientos
10.- Mantener siempre una buena higiene bucal, especialmente cuando comienzan a brotarle los primeros dientes
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