Los herpes labiales son facilmente reconocibles. Aparecen en los labios o zonas próximas a modo de pequeñas vesículas llenas de líquido claro, sobre una base inflamada . Se trata de una infección vírica recurrente, producida por el virus herpes tipo I. Son dolorosas (se notan como pinchazos) y, además, suponen un problema estético.
Esta enfermedad ocasional afecta a cerca de 30% de la población, y la duración de estas pequeñas vesículas es de 3-7 días.
No es suficiente el contacto con el virus para que aparezca la primoinfección, debe haber una predisposición personal y un momento inmunológico adecuado.
Una vez declarada la primera infección, el herpes labial podrá ir apareciendo periódicamente, cada vez que nuestro sistema inmunológico disminuya su barrera natural (enfermedades, menstruación, periodos de estrés, etc). De hecho, popularmente se les conoce como "fiebres", ya que suelen coincidir con otras infecciones que, al disminuir el sistema inmunitario, provocan su aparición.
Algunas recomendaciones para convivir con el herpes labial:
- Evite la exposición al sol y el contacto con sustancias irritantes, tales como las colonias y el maquillaje.
- No hacer toques con un algodón empapado en alcohol una vez haya aparecido ya el herpes.
- Explicar a los niños que no deben tocarse las lesiones, y evitar el contacto con los ojos.
- Utilizar una toalla de uso personal.
- Es muy importante no mantener contacto labial con otras personas
- Acuda a su médico para que establezca el diagnóstico.
- Las pomadas específicas no suelen ser necesarias, pero aceleran la curación.