Algunas ideas erróneas sobre el consumo de carne se han ido transmitiendo durante siglos. A esto hay que añadir que conceptos firmemente aceptados han ido siendo descartados por las evidencias científicas y la evolución de la nutrición como disciplina. Además, el papel de la publicidad y, porqué no decirlo, de los intereses comerciales, hacen que verdades a medias e ideas completamente falsas lleguen hasta la población como verdades absolutas.
La carne magra de ternera contiene más grasa invisible que la de cerdo
1.- Las carnes blancas son mejores que las rojas.
No existe ninguna evidencia científica que respalde esta afirmación. Si existiesen diferencias serian a favor de la carne roja, ya que el color se debe a una mayor cantidad de mioglobina y, por tanto, de hierro.
2.- La carne de cerdo es más insana que la de ternera.
El cerdo tiene más grasa visible que otros animales. No obstante, su parte magra, tiene una cantidad de grasa similar a la del pollo, y muy inferior a la ternera y cordero.
Además, la grasa del cerdo tiene una alta proporción en ácido oleico (el mismo que tiene el aceite de oliva), con propiedades cardiosaludables. Así, en síntesis, las diferencias en contenido de los diferentes tipos de ácidos grasos hacen más recomendables las carnes de aves, conejo y cerdo, que la de ternera o cordero.